"Para alegría nuestra, el ruso vuelve a surgir, y en las próximas horas será creada la cátedra del Instituto Pushkin de Moscú en la Facultad de Lenguas Extranjeras, declaró a este servicio internacional de noticias multimedia el doctor Daniel Motola, tesorero del Grupo de Especialistas en Lengua Rusa (Gelru), adscrito a la Asociación de Lingüistas de Cuba.
Razonó que "una prueba de ese propósito es la visita al Instituto Pushkin del primer vicepresidente del gobierno, Miguel Díaz-Canel, durante su más reciente estancia en Moscú".
"Cuba puede ser un centro regional para la certificación del nivel de idioma ruso de toda América Latina y el Caribe, y eso permitirá ahorrar miles de dólares porque los interesados no tendrían que cruzar el Atlántico, lograrían ese objetivo con un viaje dentro de la región, explicó el especialista.
En relación con la conferencia organizada por el Gelru, la calificó de muy importante y la valoró como un puntal en el camino del rescate de una sólida estructura que existió hasta 1991.
"La lengua rusa empezó a impartirse de manera masiva en Cuba desde inicios de la década de 1960 —evocó el académico—, llegaron a graduarse de profesores unas cuatro mil personas, pero tras la disolución de la Unión Soviética este idioma prácticamente desapareció en el país".
"Un grupo de esos alumnos partirán en septiembre hacia Rusia a estudiar un año de la carrera en el Instituto Pushkin o en otras universidades moscovitas, de forma tal que tendremos un buen colectivo de nuevos rusistas, algo muy bueno", comentó Motola.
Sobre el futuro próximo, el profesor pronosticó muchas y buenas perspectivas.
"Después de algunas altas y bajas por razones ajenas a nuestra voluntad, el idioma ruso resurge en Cuba, y en eso trabajan todos los que participaron en esta Primera Conferencia Nacional de Lengua y Cultura Rusas", sentenció el experto.
A manera de ejemplo, explicó que en esa época los rusistas de la isla tenían una publicación periódica y Cuba logró graduar 44 doctores en ciencias en universidades de la Unión Soviética, de los que muchos ya están jubilados, pero mantienen su colaboración con el Gelru y participan en sus reuniones que se realizan tres veces en el año.
"La Rusia de hoy no es la Unión Soviética y debemos adaptarnos a las nuevas condiciones, pero siempre las bibliografías que publican, tanto en Internet como impresas, resultan una gran fuente de cultura y ciencia, además de la hermandad indestructible que existe entre ambos pueblos", concluyó el tesorero del Gelru.