En su declaración los parlamentarios transnistrios llamaron a los países garantes y mediadores del proceso de negociaciones a "emplear todas las herramientas políticas y jurídicas para no permitir la desestabilización de la situación en torno a la operación de paz y el bloqueo del mecanismo de las consultas en el formato 5+2 y los intentos de bloquear Transnistria".
"No cabe duda que estas intenciones tienen motivos políticos encaminados a poner la economía de Transnistria bajo la jurisdicción de Moldavia en las condiciones de un conflicto no solucionado", expresa el documento.
El texto indica que la renuncia de las autoridades moldavas a examinar este tema pone en riesgo la estabilidad de las negociaciones pacíficas.
En febrero pasado Kiev y Chisinau acordaron intensificar las labores para construir puestos de control en los territorios de Transnistria fronterizos con Ucrania.
Las autoridades transnistrias evalúan que el daño posible a su economía provocado por esta iniciativa será de 38 millones de dólares.
Transnistria, donde los rusos y los ucranianos constituyen el 60 por ciento de la población, luchó por separarse de Moldavia antes de la desintegración de la Unión Soviética, al temer que los moldavos decidieran unirse a Rumanía.
Chisinau perdió el control sobre los territorios en la orilla izquierda del Dniéster en 1992, tras un intento frustrado de resolver el problema por la fuerza.
Las negociaciones en el formato 5+2, en el que participan Moldavia y Transnistria como partes en conflicto, Rusia, Ucrania y la OSCE en calidad de mediadores, y la UE y EEUU como observadores, sirven para encontrar una solución a la situación en la zona.
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Actualmente en Transnistria opera una misión internacional de paz, incluidas las fuerzas rusas.