"Los esfuerzos que hemos hecho y hacemos en el marco de la UE y la OTAN se centran en destacar que no debe haber prolongación automática alguna de las sanciones", dijo tras reunirse con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Italia, según Gentiloni, está interesada en la implementación de los acuerdos de Minsk porque el año próximo presidirá en la OSCE.
"No se habla de que Italia va a romper los lazos con aliados pero, por supuesto, no se debe tomar automáticamente las decisiones relacionadas a las sanciones", reiteró.
"Siempre hemos respaldado la confianza de las compañías italianas en el mercado ruso, en la comunidad rusa, y nuestras compañías siempre han confiado en este país", dijo Gentiloni tras el encuentro con el líder ruso, Vladímir Putin.
Gentiloni señaló que Italia constata una reanudación positiva de los intercambios comerciales con Rusia.
"Unas 600 compañías italianas trabajan en Rusia", agregó al calificar la confianza en Rusia de "una elección correcta".
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron por la crisis en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia en marzo de 2014 mediante un referendo en el que más del 96 por ciento de los votantes avaló esta opción.
Desde marzo de 2014, EEUU, la Unión Europea y algunos de sus aliados pusieron en marcha sanciones individuales y sectoriales contra Rusia por su actuación en la crisis de Ucrania.
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Rusia sostiene que no es parte del conflicto en Ucrania y que las sanciones son contraproducentes pero mantiene en respuesta, desde agosto de 2014, el embargo a algunas importaciones agroalimentarias de EEUU, la UE, Australia, Canadá y Noruega.