En otras palabras, la exposición que estos bancos tienen a los contratos de derivados es aproximadamente equivalente al producto interno bruto de Estados Unidos multiplicado por doce.
Durante la gran crisis financiera de 2008, los derivados desempeñaron un papel protagonista, y los contribuyentes estadounidenses se vieron obligados a intervenir y rescatar a compañías como AIG (un gigante de seguros y servicios financieros) que estaban al borde del colapso por el tamaño de los riesgos tomados. Lo mismo está sucediendo otra vez mientras que todo el mundo se queda callado. Los bancos que están dentro del círculo vicioso son Citigroup, JPMorgan Chase, Goldman Sachs, Bank Of America, Morgan Stanley, Wells Fargo entre otros.
¿Qué es un derivado financiero?
"Cuando usted compra una acción, está comprando una participación en una empresa, y cuando usted compra un bono, está comprando la deuda de una empresa. Pero cuando compra un derivado, en realidad no está consiguiendo nada tangible", explica el financista. Lo que está haciendo es una apuesta acerca de si algo va a suceder o no en el futuro.
Los que comercializan derivados están esencialmente involucrados en una forma de juego de azar legalizado, y algunos de los nombres más brillantes en el mundo financiero han estado advirtiendo sobre la naturaleza potencialmente destructiva de estos instrumentos financieros durante mucho tiempo. Así, en 2003, Warren Buffett se refirió a los derivados como "armas financieras de destrucción masiva", y es lo que siguen siendo, subraya el autor del artículo. Por supuesto, la burbuja de derivados es mucho mayor hoy de lo que era entonces.