A esta contienda territorial se le suman disputas por la propiedad de cursos fluviales y, hacia el 2000, la siembra de la amapola complicó aún más el asunto porque los vecinos se apropian de las tierras más fértiles.
"Al ser un área colindante con México se fueron trazando nexos con el narcotráfico. Desde el país azteca llegan narcos que proponen a familias guatemaltecas con tierras sembrar amapola a cambio de dinero. Esto resulta mucho más rentable que la siembra de cualquier otro grano. Esto exacerbó la disputa de territorios entre vecinos de ambos municipios", explicó Contreras.

A partir de esta medida los ciudadanos no se pueden reunir en lugares públicos en determinadas horas y las fuerzas de seguridad pueden realizar allanamientos e intervenciones directas en propiedades privadas. "La situación es delicada ya que por la influencia de los narcos nacionales y mexicanos, estamos hablando de poblaciones fuertemente armadas. Debido a la violencia desatada, muchos de los pobladores debieron refugiarse en municipios aledaños", indicó.
En los 30 días que dure el Estado de sitio el Gobierno espera erradicar los cultivos ilegales y capturar a personas con posesión ilegal de armas de fuego. "Se busca retomar el control para que la gente pueda volver a vivir tranquilamente. Luego el plan es dejar presencia de la policía como del ejército para mantener la paz social", concluyó.