"Yo hacía reuniones sistemáticas con los líderes (de los partidos); si la presidenta Dilma me hubiera seguido no hubiera habido "impeachment", dijo Lula en respuesta a una pregunta del juez.
Lula negó la acusación de cualquier acto corrupto, pero afirmó que era una práctica habitual reunirse con congresistas.
Rousseff perdió su cargo el pasado mes de agosto tras un "impeachment" (juicio político) en el Congreso basado en la acusación de que realizó prácticas irregulares para ocultar el déficit fiscal del Estado.
Gran parte de los analistas políticos coincidían en señalar durante el mandato de Rousseff que la falta de diálogo con los líderes de sus partidos aliados era una de las causas de la pérdida de confianza que desembocó en su destitución.
La exmandataria acompañó a Lula durante toda la jornada del 10 de mayo en la que prestó declaración en el juzgado federal de Moro en Curitiba (sur); estuvo con él nada más aterrizar en el aeropuerto de la ciudad y, luego de las cinco horas que duró el interrogatorio, compartió protagonismo con Lula en el acto con los simpatizantes que arroparon al expresidente.
Lula declaró en el marco de un proceso judicial por corrupción pasiva por presuntamente haber recibido de manos de la constructora OAS un apartamento valorado en algo más de un millón de dólares, algo que el líder izquierdista niega.