"El Gobierno necesita herramientas para derrotar a Al Shabab", enfatizó Farmajo en su intervención inaugural en la Conferencia de Somalia, que se celebra 11 de mayo en Lancaster House.
"Somalia pende ahora de un hilo entre el riesgo y el potencial, y aquí, en Londres, podemos inclinar la balanza desde el peligro a la seguridad", afirmó por su parte el secretario general de la ONU, António Guterres, quien co-preside el evento.
Al Shabab se ha retirado mayoritariamente de los centros urbanos pero, de acuerdo con fuentes diplomáticas británicas, su capacidad operativa "continua siendo fuerte y ha aumento a cotas elevadas en los últimos tres meses", incluso también en la capital Mogadiscio.
Farmajo aspira a "derrotar" el terrorismo islamista en "los próximos dos años" pero, según recordó en Londres, "la situación de inseguridad" no puede cambiar sin "combatir la pobreza y el masivo desempleo" en Somalia.
"Necesitamos inversiones que preserven el progreso y hemos de atajar urgentemente la crisis de inseguridad alimenticia que está afectando a millones de somalíes", urgió Guterres.
De acuerdo con el secretario general, la prolongada sequía "ha dejado a 6.2 millones de personas en una muy grave inseguridad de alimentos, con 439.000 en riesgo de hambruna y 275.000 niños malnutridos en riesgo de hambruna".
Londres acogió su primera conferencia sobre Somalia en 2012, tras una hambruna que mató a 260.000 somalís, continuos ataques piratas en sus costas, terrorismo galopante y más de un millón de desplazados.
La anfitriona del evento, la primera ministra Theresa May, reconoció que es "ayudar es lo correcto" porque los "desafíos" a los que se enfrenta Somalia "nos afectan a todos y el impacto de la inestabilidad repercute en la región y en el resto del mundo".
Unas 40 delegaciones participan en la conferencia de Somalia, desde jefes de Estado y de Gobierno de países vecinos, al secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, o representantes de China y la Federación Rusa, entre otros.