Según las declaraciones del oficial, Tokio planea comprar misiles estadounidenses Tomahawk para neutralizar bases de misiles enemigas. Los misiles serían posiblemente desplegados en navíos de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón en los que estuviese integrado el sistema de combate Aegis.
Para que Japón fuese capaz de llevar a cabo un ataque con Tomahawk sobre Corea del Norte, el país tendría que revisar las directrices de su programa de defensa 10 años antes de lo planeado.
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No obstante, ya hay voces en el Gobierno y en el partido en el poder críticas con esta medida, que contradiría la postura exclusivamente pacifista que Japón ha adoptado desde finales de la Segunda Guerra Mundial según la cual sus fuerzas armadas desempeñan un papel únicamente defensivo.
Estados Unidos, aliado de Japón, se ha mostrado prudente con los planes de Tokio de adquirir misiles crucero, pero ha moderado su postura vista la escalada de tensiones a raíz de las advertencias lanzadas por Corea del Norte.
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Fabricados en 1980, los misiles Tomahawk están diseñados para moverse a velocidades subsónicas y para volar a bajas altitudes y así evitar los radares del enemigo. Los proyectiles, de unos 1.500 kg de peso de unos seis metros de largo, fueron los utilizados por EEUU en el ataque contra la base aérea en Siria.