El convoy fue atacado hacia las 20.00 del 8 de mayo cerca del pueblo de Yogofongo por hombres armados que huyeron hacia los matorrales.
Todavía se dan por desaparecidos cuatro soldados más, entre ellos tres soldados camboyanos y un marroquí.
La Minusca envió a la zona un helicóptero con cascos azules para reforzar la seguridad y buscar a los desaparecidos. Los heridos fueron trasladados en un avión a Bangui donde están recibiendo atención médica.
El comunicado "denuncia enérgicamente este odioso ataque a las fuerzas de paz cuya presencia en el territorio centroafricano no tiene otro objetivo sino ayudar al país a proteger a su población y permitir que la República Centroafricana salga del ciclo de violencia causado por los grupos armados" y afirma que la Minusca hará todo lo posible para detener a los culpables y llevarlos ante la justicia.
Atentar contra la vida de un pacificador puede considerarse un crimen de guerra, recuerda la Misión que trabaja en la República Centroafricana desde 2014.