Ni los niños, ni las mujeres, ni los ancianos lograron escapar de la crueldad de los invasores alemanes, quien "desde el primer día" utilizaron gran violencia contra los residentes locales, en particular, contra la población de los asentamientos judíos, señala el documento.
"Los alemanes perpetraron una terrible matanza de la población judía en la ciudad. El 23 de septiembre de 1941, 8.900 judíos fueron apresados y llevados de la ciudad a una zona de colonias agrícolas, donde se les disparó a todos"
Según numerosos testimonios, los niños menores de 12 años fueron asesinados por los alemanes con un líquido venenoso que les untaban en los labios. En fosas comunes, los nazis enterraban no solo a los ya muertos, sino también a personas todavía con vida. La población gitana de la ciudad también fue aniquilada por los fascistas, relata el informe.
Además, el informe enumera los casos de abuso, saqueo y destrucción de las instituciones urbanas y subraya los devastadores efectos de la invasión alemana en la cultura ucraniana provocados por el cierre de escuelas, bibliotecas, museos e iglesias. El teniente general también menciona las extenuantes condiciones bajo las cuales la población de la región ocupada era obligada a trabajar.
Mijaíl Rudakov destaca en el documento que los hechos que retratan la falta de humanidad del enemigo fueron investigados por una comisión especial integrada por representantes de las organizaciones públicas locales y por las unidades militares.
Para el Ministerio de Defensa ruso los documentos desclasificados adquieren particular relevancia en los días actuales, ya que diferentes fuerzas políticas en Rusia y en el extranjero están tratando de reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial e imponer una nueva versión de los hechos para adaptarse a ciertas coyunturas políticas.