Mientras tanto, no es tan evidente para algunos países emergentes la consternación causada por la alusión al dictador nazi. Las razones de tal situación las explicó David Large en su artículo para Foreign Policy. Según el autor, la percepción positiva de la persona de Hitler es algo normal en muchos países del mundo, en contraste, se considera que la demonización de Hitler en Occidente es algo artificial.
En muchos países se ignoran las graves consecuencias de la Segunda Guerra Mundial en Europa y hasta hacen caso omiso al hecho de que Hitler y sus colaboradores fueran culpables de genocidio y utilizaran métodos como asesinatos en cámaras de gas, experimentos y torturas. Por el contrario, la figura del 'fuhrer' se asocia con la lucha contra el imperialismo anglo-francés y —lo que preocupa aún más, de acuerdo con el autor— se cree que Hitler… velaba por los intereses de su pueblo.
Según Large, Duterte no es la excepción, otro ejemplo ilustrativo es el líder de Zimbabue, Robert Mugabe, quién se declaró un Hitler de su tiempo.
"Soy un Hitler de mi tiempo. Yo, como Hitler, tengo el único objetivo de conseguir justicia y soberanía para mi pueblo, hacer que se reconozca su independencia y su derecho a administrar por sí solo sus recursos. Si es la política de Hitler, entonces, voy a ser 10 veces Hitler", afirmó el líder zimbabuense.
"Los estudiantes indonesios no tienen ni idea del Holocausto. Para ellos Hitler es un revolucionario como el 'Che' Guevara, no saben que fue una persona culpable del asesinato de millones de personas. Sin embargo, el motivo principal no es su ignorancia de la historia, sino su sincera afición por el autoritarismo", explicó un profesor de historia de una universidad local.
Para el autor del artículo, la situación es, de uno u otro modo, semejante en muchos países, como Pakistán, Egipto, Turquía, la India, donde el nombre de Hitler se asocia más con disciplina que con el genocidio. En Occidente, donde nació y prosperó Hitler, se rechaza su legado y esto va en conjunto con el respeto a los DDHH y tolerancia a los representantes de otras razas, de acuerdo con Large.
Por último, advirtió que la popularidad de Hitler demuestra la fragilidad de los valores sociales y políticos en el mundo contemporáneo.