"Para que el acuerdo sea un éxito, hace falta convencer a otras fuerzas regionales e internacionales implicadas en el conflicto, entre ellas EEUU que tiene destacamentos en el noreste de Siria, así como Arabia Saudí y Catar que apoyan evidentemente a los rebeldes y cuyo enfoque de la crisis es diametralmente opuesto; es decir, hay que ampliar la lista de los países que actúan como garantes del cese de hostilidades y de las zonas de distensión para asegurar la estabilidad en Siria", declaró Mazlum.
"Es una oportunidad para que todas las partes manifiesten en el siguiente encuentro de Ginebra la voluntad de cesar el conflicto y parar el derramamiento de sangre", opinó el militar.
La capital de Kazajistán acogió el 3 y el 4 de mayo la cuarta ronda de negociaciones internacionales sobre Siria con la asistencia de representantes de Damasco, la oposición armada, países garantes del armisticio declarado a finales de 2016 (Rusia, Turquía e Irán), así como diplomáticos de la ONU, EEUU y Jordania en calidad de observadores.
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Las negociaciones de Astaná concluyeron con la firma de un memorando en el que Rusia, Turquía e Irán anunciaron la creación de cuatro zonas de rebaja de tensión que abarcan la provincia de Idlib, parte de las vecinas Latakia, Alepo y Hama, parte del norte de la provincia de Homs, Guta Oriental y determinadas zonas del sur de Siria, en las provincias de Deraa y Al Quneitra.