Este vehículo de nueva generación llegará a ser un socio imprescindible de los combatientes en el campo de batalla, debido a su capacidad de hacerse cargo de los blancos más peligrosos.
A diferencia de sus predecesores, Nerekhta-2 podrá ser controlado mediante la voz. "Por supuesto, se trata del uso de un auricular y control de gestos. Nadie va a gritar en el campo de batalla", aclaró Denísov.
Otro de los desafíos a los que se enfrentará el robot de combate será la prueba de nuevos sistemas de suministro de energía y propulsión eléctrica, así como nuevos tipos de motores eléctricos con altas características específicas.
Además, Denísov mencionó la presencia de plataformas de despegue vertical, que permitirán a Nerekhta-2 supervisar la situación "a través de los ojos" de aviones no tripulados, expandiendo las capacidades físicas y de combate de este tanque.