Detrás de estas declaraciones se esconde el miedo a que los norcoreanos logren desarrollar un misil intercontinental capaz de portar una ojiva nuclear hasta una ciudad estadounidense, afirma Davis.
Cualquier ataque contra Pyongyang es un paso demasiado arriesgado, señaló el experto Doug Bandow en una entrevista con The National Interest. Seúl quiere que Washington haga algo para solucionar la crisis, pero una agresión directa no le convendría al Gobierno surcoreano, dado que la capital surcoreana está ubicada cerca de los umbrales de la maquinaria militar juche, indica.
"Es un asunto muy serio. Si lo arreglas haces mal, de verdad habrá una guerra. No se trata de Irak, ni siquiera de Serbia. De lo que estamos hablando es de un 'cataclismo' que mataría a centenares de miles de personas", considera Bandow.
Kim Jong-un tiene razones para pensar que, en caso de mostrar debilidad y rechazar sus ambiciones nucleares, pronto será eliminado.
"Kim puede realizar una demostración de fuerza que causaría un daño enorme [contra los aliados de EEUU en la región] y luego decir que es capaz de hacer mucho más", expresó Davis en referencia a los posibles planes de Corea del Norte en caso de que se sienta arrinconada.
Sin embargo, es poco probable que Kim decida atacar EEUU, incluso si desarrolla la capacidad de lanzar un proyectil nuclear intercontinental, señala el artículo. Washington goza de un arsenal nuclear de unas 6.800 armas, de manera que puede reducir a cenizas Corea del Norte fácilmente. Pyongyang podría responder con un solo ataque, en el mejor de los casos.
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Kim jong-un está empeñado en hacerse con armas nucleares. Pero lo cierto es que el líder del país ya sabe cómo lidia Washington con los regímenes que no le gustan. El número de ejemplos es grande: Siria, Irak, Libia, etc.