"Un sistema de defensa antiaérea contribuirá significativamente a la soberanía", agregó el entrevistado al indicar que Ankara se ha convertido en el miembro más autónomo de la Alianza Atlántica y el único que no sigue a Estados Unidos de manera automática.
Los comentarios del experto ruso coinciden con las recientes declaraciones del canciller turco, Mevlut Cavusoglu, quien afirmó que Rusia y Turquía habían acordado el suministro y que en la actualidad las partes están discutiendo el precio. Altos oficiales rusos, por su parte, han señalado en numerosas ocasiones que la membresía de Ankara en la OTAN no representa un obstáculo para el negocio.
Shepoválenko subrayó que las negociaciones entre Ankara y Moscú corresponden al estilo político del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
"Un sistema antiaéreo no es un tanque o un barco de vapor. Es uno de los sistemas de que más presión ejerce. No hay muchos países capaces de producir este tipo de armamento", declaró el especialista al mencionar que los principales fabricantes son Rusia, EEUU, la UE e Israel.
Según aclaró, los demás están copiando estos sistemas.
Rusia y Turquía han estado participando en discusiones acerca de la compra de los sistemas S-400 desde 2016. En marzo pasado, el director general de la empresa rusa Rostec confirmó que Ankara estaba interesada en comprar los S-400 si Moscú concedía un préstamo.
Lea también: Berlín llama a "no echar a Turquía en los brazos de Rusia"
"No estoy seguro de que Turquía vaya a comprar una cantidad considerable de estos sistemas [antiaéreos]. Es más probable que en el mejor de los casos adquiera un par de batallones para proteger el espacio aéreo sobre uno o dos sitios estratégicos", añadió.
El sistema S-400 Triumf fue desarrollado por la empresa rusa Almaz-Antey. El arma es capaz de interceptar todo tipo de armas aéreas a una distancia de unos 400 kilómetros, incluso los aviones de quinta generación, misiles de crucero y misiles balísticos.