La idea de crear este tipo de armas, por supuesto, no es nada nueva. Durante décadas, ingenieros de todo el mundo se han esforzado para conseguirla, pero siempre se han visto limitados por varios obstáculos naturales: la dispersión de los rayos en la atmósfera —fenómeno conocido como efecto Raman, que lleva a la pérdida sustancial de su potencia—, y el sobrecalentamiento del prisma que debería 'recoger' diferentes rayos en un único y potente superláser.
Para ello, ubicaron un cristal de diamante ultrapuro en el punto de convergencia de diferentes rayos, sumando la potencia de cada láser en un único y potente rayo capaz de transmitir suficiente energía destructora en un ambiente vacío, como el espacio.
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— The Science Mic (@thesciencemic) April 28, 2017
Aunque (gracias a Dios) de momento no es capaz de destruir planetas enteros, como su prototipo filmográfico, los autores del estudio estiman que sí podría ser bastante útil a la hora de limpiar la órbita terrestre de la basura cósmica que se ha acumulado alrededor de nuestro planeta y representa un peligro potencial para nuestros satélites. ¿Pero, y si a alguien se le ocurre usarlo contra los propios satélites?