El militar alertó de que esta situación afecta de manera directa la seguridad en Europa, que "está pasando de ser la región más estable y tranquila, a ser una zona de confrontación y tensión elevada".
"La retórica de confrontación respecto a Rusia solo aumenta, la UE y la OTAN acusan regularmente a Rusia de escalar la tensión", dijo.
Según Guerásimov, "existe la plataforma para reunirse y al menos aclarar las posturas, las intenciones y las preocupaciones, y es el Consejo Rusia-OTAN, pero allí no hay diálogo entre los militares y hoy en día casi todos los contactos a nivel de expertos militares están suspendidos".
Por su parte, el representante permanente de Rusia ante la OTAN, Alexandr Grushkó, alertó de que actualmente la Alianza no hace ningún intento de recuperar el diálogo militar.
"Es una situación abrumadora, por ahora no vemos intento alguno de la OTAN para recuperar el diálogo entre los militares", dijo.
Moscú por su parte aseguró en varias ocasiones que está dispuesto a restablecer los contactos con la OTAN en condiciones de igualdad.
"Estamos abiertos a reiniciar un diálogo amplio y la cooperación con la OTAN, lo importante es que sea en base a la igualdad, la confianza y la eficacia", declaró Guerásimov.
Despliegue peligroso
"La materialización de los planes de expansión de la Alianza desequilibra la región y aumenta el riesgo de incidentes militares", advirtió.
Además tachó la actitud de la OTAN de "destructiva y provocativa" y citó como ejemplo el posible despliegue de misiles de crucero Tomahawk en Polonia que apuntarían a objetivos estratégicos situados en la parte europea de Rusia.
El militar subrayó que Moscú toma todas las medidas necesarias para rechazar esa amenaza pero advirtió que "Europa no será más segura con el despliegue del sistema de defensa antimisiles de la OTAN".
A su juicio, es una mala señal que la seguridad de la UE se examine por separado de la de Rusia, a pesar de estar en el mismo continente.
"Entre nosotros ya no hay obstáculos ideológicos y los desafíos y amenazas comunes solo van en aumento", lamentó.
Por su parte, el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigú, denunció que las acciones de la OTAN en Noruega, el Báltico, los Balcanes y el Ártico son una "ostentación de fuerza para promover sus intereses".
Según Shoigú, las actividades de la OTAN para controlar el espacio aéreo en el Báltico "restringen el acceso a la zona que cubre la región rusa de Kaliningrado y la parte oriental del mar Báltico".
En julio pasado la Alianza aprobó un incremento sin precedentes de su presencia militar en el este de Europa al decidir emplazar cuatro batallones multinacionales –de 600 a 1.000 militares cada uno– en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia.
Paralelamente, la OTAN sigue desplegando armas antimisiles de EEUU en Europa.
En mayo de 2016 entró en servicio el sistema estadounidense Aegis Ashore –parte del escudo antimisiles de la OTAN– en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península rusa de Crimea.
Lea más: Las islas de la discordia: por qué la OTAN tiene puestos sus ojos en Svalbard
El Pentágono está construyendo otra instalación similar con radares y misiles interceptores en la localidad polaca de Redzikowo, a unos 180 kilómetros del enclave ruso de Kaliningrado.