"Ahora es más duro, sin duda", afirmó Lavrov en una entrevista con la edición rusa de la revista Esquire.
"Hasta las declaraciones públicas no eran tan duras. Los dos bandos no sobrepasaban los límites de lo permitido. Hoy no hay reglas que valgan", dijo Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa definió como "espera" la fase actual de las relaciones con Washington, y apuntó que "todo evoluciona por inercia", pues la administración de Donald Trump no ha terminado de formar su equipo y en el Departamento de Estado aún permanecen "los hombres de (Barack) Obama".
"No sé cuánto tiempo van a tardar. A Obama le tomó ocho meses cambiar el personal, no creo que Trump lo haga más rápido", indicó.
"Tuve una relación buena, si no de amigos, con todos los secretarios de Estado", afirmó Lavrov, quien encabezó la Cancillería rusa en 2004 y desde entonces tuvo trato con cinco colegas estadounidenses: Colin Powell, Condoleezza Rice, Hillary Clinton, John Kerry y ahora Rex Tillerson.
Según el ministro ruso, "los diplomáticos pueden decirse en público las cosas más duras, defender con ferocidad los intereses de sus países… y luego tomarse un trago juntos".