El estudio, publicado en la revista científica Current Biology, fue llevado a cabo en el marco de un proyecto dirigido para crear un dispositivo implantable en el cerebro humano.
Los voluntarios tuvieron que realizar una serie de pruebas para evaluar la capacidad de memorizar. Así, los científicos estimularon aquellas zonas del cerebro que están directamente vinculadas con la formación de la memoria.
Al comparar los efectos de la exposición del cerebro en condiciones de baja y alta actividad, los neurobiólogos descubrieron que la estimulación eléctrica influía en los resultados de las pruebas de manera negativa cuando había una alta actividad cerebral. Sin embargo, si la actividad era baja, la memoria mejoraba.
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Según consideran, los resultados obtenidos ayudarán a crear un método de 'circuito cerrado' en el que el dispositivo implantado enviará impulsos eléctricos solo en aquellos casos cuando sea necesario. Esta aplicación podría contribuir en el tratamiento de los síntomas de Alzheimer, demencia o lesiones cerebrales.