Antes de que los jueces del Tribunal Supremo leyeran la sentencia, se realizaron varias investigaciones acerca de las actividades del grupo en el país eslavo.
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Se concluyó que los Testigos de Jehová incumplen su propio estatuto e infringen la legislación rusa en materia de lucha contra el extremismo, sobre todo el capítulo III de la Ley Antiterrorista, que define las condiciones de la actividad misionera de grupos religiosos.
Quiénes son
Las creencias de la organización se basan en su entendimiento de la Biblia y utilizan la terminología cristiana. No obstante, rechazan la mayoría de los dogmas cristianos, tales como la Santísima Trinidad y la inmortalidad del alma. Sus principales actividades son la divulgación de sus enseñanzas de manera considerada por muchos como impertinente y la venta de su propia literatura.
En la actualidad, el número de sus seguidores alcanza 8 millones, y solo en Rusia supera las 175.000 personas. Sus revistas figuran en el Libro Guinness como de las más leídas en el mundo. En promedio, cada día unas 800 personas se convierten en adeptos de la organización.
La historia se repite
En los tiempos soviéticos, cuando el grupo ya contaba con varios miles de seguidores, las autoridades los sometieron a represión debido a su rechazo a servir en el Ejército de la URSS y a afiliarse al Partido Comunista.
Así, en el marco de la campaña de la lucha contra los 'elementos antisoviéticos', cerca de 10.000 testigos fueron deportados de la parte central del país a Siberia, Kazajistán y el Lejano Oriente.
El 27 de mayo de 1991 los Testigos de Jehová consiguieron su registro oficial y la condición de persona jurídica, otorgadas por el Ministerio de Justicia.
Este no es el primer caso judicial al que se enfrentó la organización en el país eslavo.
La cuestión de la disolución de la organización fue planteada por primera vez en noviembre de 1998 en Moscú. La Fiscalía acusó a la comunidad de incitar al odio religioso, de destruir familias y de inclinar a personas con trastornos mentales a rechazar la asistencia médica.
En octubre de 2016, otra corte, esta vez en la ciudad rusa de Petrozavodsk, puso al grupo una multa por posesión de materiales impresos de carácter extremista.
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Además, los adeptos se oponen fuertemente a numerosos aspectos de la gestión estatal, tales como el servicio militar que es obligatorio en Rusia y los procesos electorales de todos los niveles del Estado. Por ejemplo, el Ministerio de Justicia registró varios casos en que los testigos no solo rechazaron ir a las urnas, sino también intentaron disuadir a otros ciudadanos de votar.
En contra de la sangre
La trágica historia de Vanya no fue la única. Así, el 3 de febrero de 2010 Seriozha Podlozhevich, un niño discapacitado de cinco años de la ciudad de Kogalym, fue hospitalizado con el diagnóstico de úlceras del tracto gastrointestinal y anemia severa. Los médicos prescribieron una transfusión urgente de glóbulos rojos. Sin embargo, la madre del pequeño, también adepta de los Testigos de Jehová, categóricamente prohibió hacerlo.
Según creen los adeptos, recibir sangre es igual que ingerir o comerla, y comer sangre es comer el alma humana. Y aunque el derecho de la autonomía individual está consagrado en la legislación de muchos países, en el caso de menores de edad o personas incapacitadas que no pueden decidir por sí mismos, los hospitales se ven obligados a dirigirse a la corte para que un testigo de Jehová pueda recibir una transfusión sin el permiso de sus padres o custodios.
Control total
Varios expertos indican que los testigos no solo imponen la reglamentación estricta sobre todos los aspectos de la vida cotidiana, sino también limitan los derechos humanos de sus adeptos, los engañan en el reclutamiento y los explotan.
Además, los testigos se oponen a que los adeptos reciban educación superior, limitando su derecho al acceso equitativo a la educación.
Según confesó una de los exadeptas en el juzgado en Rusia, se le prohibía comunicarse con los miembros de su familia que no pertenecían a la corriente.
"Los testigos de Jehová viven bajo un control total del centro de gestión. (…) Todas las esferas de la vida se someten a un control total, incluida la íntima", confesó.