Se señala que entre los rebeldes abatidos se encuentra un líder del grupo Wilaya Sina (antiguamente llamado Ansar Beit al Maqdis), que actúa en el norte del Sinaí y juró la lealtad a Daesh (autoproclamado Estado Islámico, proscrito en muchos países incluida Rusia).
La actividad de los terroristas en Egipto disminuyó en general pero de vez en cuando se producen ataques extremistas en esta región.
Centenares de policías y militares fallecieron o resultaron heridos en el curso de la operación antiterrorista.
Los terroristas persiguen ante todo a los cristianos coptos que habitan en la zona, causa por la cual decenas de familias cristianas abandonaron sus casas en el norte del Sinaí y se trasladaron a la provincia de Ismalia, donde les acogieron las autoridades locales y la Iglesia.