Un equipo internacional de científicos encontró que la inteligencia artificial reproduce los mismos estereotipos raciales y de género contra los que luchan las personas en el siglo XXI.
Para revelar esta inquietante dinámica, los investigadores utilizaron una AI estándar y desarrollaron un algoritmo para determinar cómo asociaba pares de palabras.
Luego recurrieron a lo que se conoce como Prueba de Asociación Implícita, una medida científica de las conexiones inconscientes que las personas hacen rápidamente entre pares de categorías, como el género de una persona y su carrera, o el nombre de una persona, su raza y el grado de simpatía que produce. Por ejemplo, para la IA, como para la mayoría de las personas, las flores son agradables mientras que los insectos no tanto.
Los hallazgos arrojan luz sobre un problema que inquieta a la ciencia desde hace tiempo: ¿son los humanos los que contagian de sus prejuicios al lenguaje, o aprendemos los prejuicios a través del lenguaje?