Los estadounidenses suelen cometer un error al considerar que sus enemigos son alocados, irracionales o estúpidos, escribe el autor. En EEUU esperan que otras naciones acepten con alegría cualquier cosa que Washington les diga. Pues cuando un líder decide hacer las cosas a su manera los norteamericanos no lo explican con su falta de comprensión, sino con un defecto al juzgar a esta persona, afirma Cristol.
"Kim Jong-un no es loco. Tampoco es irracional. Ni siquiera es estúpido. […] No todos los sistemas políticos reflejan el de Estados Unidos. No todas culturas se parecen a la nuestra. Los intereses de los demás no son los intereses estadounidenses", escribió.
El analista manifestó que Estados Unidos suele subestimar a sus enemigos y en el caso de Corea del Norte, Washington comete el mismo error.
No obstante, "estas acciones horribles y repugnantes" forman parte del proceso de consolidación de poder que el joven líder viene realizando desde hace varios años, observó. Además, Kim juega dentro de las reglas de su país.
"El sistema norcoreano dice que él es el nieto de un dios, y que a la familia de Kim se le debe 'obediencia absoluta' así que él puede hacer lo que quiera. Si yo pensara que tengo procedencia divina, es posible que tomara otro tipo de decisiones", declaró Cristol.
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"Puede que Kim sea malvado, pero ser malvado no es la misma cosa que ser irracional. En el caso del presidente Donald Trump, al contrario, se puede argumentar que él no siempre piensa con claridad", observó.
Según el autor, Trump había declarado que le gustaría mantener negociaciones con Kim y que él hasta sería capaz de convencerle de desechar sus armas nucleares.
Sim embargo, el periodista cree que sería ilógico pensar que Trump podría ganarle la partida a Kim.
Si no hubiera un Trump, la imprevisibilidad y la volatilidad del contexto en la península de Corea de todos modos sería un motivo de grave preocupación. Pero en las circunstancias actuales, con Trump a cargo de Estados Unidos, la situación parece muy aterradora, concluye Cristol.