La cita reunió a los jefes de la diplomacia de Italia, EEUU, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Canadá y Japón.
"Rusia no debe estar aislada, (…) debe estar dispuesta a participar en el proceso de la transición política en Siria", señaló el anfitrión del evento, el ministro de Exteriores de Italia, Angelino Alfano.
"Queremos aliviar el sufrimiento del pueblo sirio, Rusia puede ser parte de ese futuro y desempeñar un papel importante", dijo Tillerson que este mismo martes viaja a Moscú para reunirse con su par Serguéi Lavrov.
El ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, por su parte, pidió a Rusia comprometerse con una solución política en Siria.
"Quisiéramos ver a Rusia implicada en el proceso político de transición hacia un nuevo gobierno en Siria", remarcó Johnson que el sábado canceló su visita a Moscú alegando que los sucesos en Siria habían cambiado el panorama y que la prioridad ahora era continuar los contactos con EEUU y otros países.
Discrepancias en el seno del G7
Alfano admitió que los ministros de Exteriores no lograron consensuar sanciones contra Rusia por Siria.
El día previo al evento el británico Boris Johnson advirtió que iba a Italia a exigir un endurecimiento de las restricciones contra Moscú, según afirmó el diario The Times.
El jefe de la diplomacia italiana reconoció asimismo que el G7 tampoco pudo ponerse de acuerdo sobre el futuro de Asad.
Pese a las divergencias, señaló Alfano, "el ataque estadounidense abrió una ventana de posibilidades para crear nuevas condiciones para el proceso político en Siria".
Declaración conjunta
Los países del G7 aprobaron una Declaración conjunta de 20 puntos en la que llamaron, en particular, a Rusia e Irán a presionar a Damasco para que respete sus compromisos en cuanto a los agentes tóxicos.
"Instamos a Rusia e Irán a usar su influencia para que Siria cumpla la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas", señaló el G7.
La opositora Coalición Nacional para las Fuerzas de la Oposición y la Revolución Siria (CNFORS) calificó la ofensiva como un ataque químico y responsabilizó al Ejército sirio de la muerte de 84 personas y de más de 500 heridos.
El Ejército sirio rechazó estas acusaciones y responsabilizó del suceso a los extremistas y sus patrocinadores.
El G7 admitió también que tiene intereses comunes con Moscú en el combate al terrorismo.
"Reconocemos que tenemos intereses comunes con Rusia en algunos sectores, entre ellos la lucha contra el terrorismo y el extremismo", puntualizó el G7.
Rusia participaba desde 1998 en el club de las naciones más industrializadas del planeta pero en 2014 los otros siete Estados se negaron a asistir a la cumbre de turno que debía acoger Sochi.
Tras reunirse a siete bandas en Bruselas, las potencias anunciaron que no volverían al G8 hasta que Moscú se retracte de lo que calificaron como la anexión ilegal de Crimea.
Crimea volvió a ser parte de Rusia tras celebrar en marzo de 2014 un referéndum en el que la mayoría de los votantes, más del 96 por ciento, avalaron esta opción.