El portavoz de ACNUR indicó que a causa de la sequía y la financiación insuficiente pronto la región se enfrentará a "una crisis humanitaria inevitable, que podrá ser aún peor que la de 2011", cuando más de 260.000 personas fallecieron de hambre, la mayoría de las cuales fueron los niños menores de cinco años, según el comunicado publicado en la página web del organismo.
El portavoz de ACNUR agregó que la mayoría de los refugiados (el 62%, en el caso de los que huyen del Sudán del Sur) corresponde a niños que dependen de la ayuda alimentaria del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
En el comunicado se subraya también que a muchos refugiados les falta el acceso a los medios de subsistencia o la producción agrícola, por lo tanto tienen oportunidades limitadas para ayudarse a sí mismos.
Además, unos 19 millones de yemeníes necesitan la asistencia humanitaria, mientras que 17 millones sufren de inseguridad alimentaria.
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En el norte de Nigeria el número de personas que padecen de hambre ascendió a siete millones.
El portavoz de ACNUR señaló también que hasta el momento el organismo recibió entre el 3 y el 11% de la financiación necesaria para continuar la actividad humanitaria en estos países.