"Pienso que Siria no compartirá la suerte de estos países, mientras Rusia defienda sus intereses en la zona, particularmente, mientras proteja su base naval en Tartus y el aeródromo localizado cerca de la ciudad siria de Latakia", dijo Molteni en una entrevista a la agencia Sputnik.
El analista italiano consideró que ahora hay que esperar a ver que si se trata de un caso esporádico, tal como pasó en 1998, cuando el entonces presidente de EEUU, Bill Clinton, ordenó bombardear una fábrica farmacéutica en Sudán, por "producir armas químicas".
Con todo eso, Molteni resaltó que es posible que un bombardeo tan inesperado como el de Shairat, sin declaración oficial de guerra contra Damasco, "represente un paso vinculado a los problemas internos de EEUU".
"Este ataque sugiere la idea de que Trump se vio obligado a ceder ante aquella parte del Congreso que no quería una mejora en las relaciones con Rusia", enfatizó.
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El 7 de abril, EEUU atacó con 59 misiles Tomahawk la base aérea de Shairat —ubicada en la provincia de Homs—, lo que provocó la muerte de al menos 5 militares sirios y 2 civiles, además de destruir nueve aviones de las Fuerzas Aéreas sirias.
La Casa Blanca justificó esta acción al afirmar, sin mostrar pruebas, ni una investigación minuciosa, que desde esta instalación se realizó el 4 de abril el supuesto ataque químico a la ciudad de Jan Sheijun, que dejó al menos 84 muertos y 545 heridos.