"La recaudación no acompañará de forma inmediata la recuperación considerable del PIB (Producto Interno Bruto) esperada para 2018", explicó Meirelles en rueda de prensa.
Actualmente el salario mínimo en Brasil es de 937 reales (297 dólares).
Por ese motivo el salario mínimo no podrá crecer más, ya que la regla para los aumentos anuales especifica que debe aumentarse sumando la media del crecimiento de la inflación y del PIB en los dos años anteriores.
Como en 2016 no hubo crecimiento económico –fue el segundo año seguido de recesión para Brasil—el aumento previsto solo tiene en cuenta una inflación de 4,48 por ciento para este año, la media de lo que prevén para 2017 más de 100 instituciones financieras consultadas por el Banco Central.
Las previsiones del gobierno contemplan que el salario mínimo crezca progresivamente en los próximos años de la mano de la esperada recuperación económica y llegue a 1.029 reales (326 dólares) en 2018 y a 1.103 reales (349 dólares) en 2020.
A pesar de que la ley brasileña establece un salario mínimo lo cierto es que gran parte de la población cobra menos de los 297 dólares al mes estipulados en la actualidad.
Según datos oficiales correspondientes a 2016, en ese año 23,4 por ciento de la población ganaba menos que el salario mínimo.