Según fuentes próximas a Netanyahu citadas por el diario israelí Haaretz, el primer ministro sacó a relucir esta idea en las conversaciones que mantuvo con la Administración de EEUU y con otros actores internacionales en las últimas semanas.
Durante estas conversaciones, Netanyahu argumentó que si Irán y Hizbulá se establecen en esas zonas, la estabilidad de la región se verá afectada y la seguridad de Israel y Jordania amenazada.
Netanyahu, no obstante, no dio detalles sobre la manera en la que considera que podrían establecerse estas zonas tapón o quien controlaría el acceso a las mismas.
La oficina del primer ministro israelí no desmintió estas informaciones y se limitó a decir que Netanyahu "ha puesto sobre la mesa su oposición a la presencia de Irán y sus satélites en Siria y a lo largo de la frontera norte" de Israel.