La adopción de tales postulados "debe tener consecuencias prácticas como la necesidad de que el ELN acepte el imperativo del DIH que prohíbe el secuestro", señaló la delegación del Gobierno en un comunicado.
De acuerdo con el comunicado, a los largo del primer ciclo de negociaciones, que comenzó el pasado 8 de febrero y que se cerró de manera oficial este 6 de abril, ambas partes lograron consensuar que los acuerdos a los que se llegue y las acciones unilaterales que se han de tomar deben estar sujetas al cumplimiento de los postulados del DIH.
Tales objetivos serán de nuevo abordados en el segundo ciclo de negociaciones, que comenzará el próximo 3 de mayo en la hacienda de Cashapamba, ubicada en la localidad de Sangolquí, al oriente de Quito.
Más temprano, este 6 de abril, el Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) anunciaron a través de un comunicado conjunto que acordaron iniciar acciones a favor de los no combatientes afectados por el conflicto y que también convinieron delinear un plan piloto de desminado humanitario.
"Para llegar al cese del fuego se necesita que vaya precedido de acciones humanitarias, de medidas concretas que saquen a la población civil de los fragores y tribulaciones de la guerra", dijo el jefe de la delegación del Gobierno colombiano, Juan Camilo Restrepo, durante una rueda de prensa.
Asimismo, desarrollarán un plan piloto para iniciar el desminado humanitario en territorios que se definirán en las próximas semanas.
La participación del ELN en un diálogo con el Gobierno es respaldado por varios sectores que consideran que sólo se puede hablar de una paz general para Colombia cuando se logre un armisticio con ese grupo rebelde, luego de que el pasado 24 de noviembre las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) firmaron un Acuerdo de Paz definitivo con el Ejecutivo.
Tema: Proceso de paz en Colombia
El conflicto armado colombiano, que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, agentes del Estado y grupos narcotraficantes por más de medio siglo, es el más antiguo del continente y ha dejado unos ocho millones de víctimas, así como 300.000 muertos, 45.000 desaparecidos y 6,8 millones de desplazados, según reportes oficiales.