"Aceptamos los daños colaterales", sostuvo Scholz.
Según Scholz, se trata de un comportamiento clásico en el curso de la guerra aérea, de acuerdo con el escenario que se vive en EEUU y los países de la OTAN. Un enemigo como Daesh, en una guerra asimétrica contra un ejército regular, siempre se desplaza y se mezcla con la población civil.
"Hacen todo lo posible para que durante un ataque aéreo los proyectiles afecten a los civiles. Es parte de su estrategia", explicó.
El ex planificador de ataques aéreos de la OTAN opinó que el cinismo en cuanto a estas bajas se ve reflejado en que existan asesores de derecho internacional que deciden cuántos civiles pueden ser eliminados.
"Tenemos abogados de derecho internacional. Ellos dan la luz verde para [atacar] cualquier objetivo. Dicen que, por ejemplo, un objetivo determinado tiene un valor máximo de diez vidas civiles".
Este procedimiento se conoce como "minimizar las bajas civiles". No obstante, para el exoficial, significa lo contrario.
"¡Permitimos matar a civiles!", exclamó. Por lo tanto, para él, esta guerra aérea es "simplemente inmoral, eso sin tener en cuenta el hecho de que [esta guerra] no alcanzará sus objetivos políticos".
Scholz confirmó que los consejeros alemanes están trabajando en la sede de la coalición, en Doha.
"Son representantes políticos o del Ministerio de Asuntos Exteriores, u otros abogados autorizados del Gobierno federal. Valoran cada operación en la que participan los aviones alemanes y deciden si es legítimo usarlos teniendo en cuenta la legislación nacional e internacional". Este es el caso de los aviones de reconocimiento alemanes Tornado.
De acuerdo con Scholz, quien fue piloto de Tornado, este es un avión de reconocimiento "totalmente inadecuado" para las operaciones contra Daesh y solo es utilizado por razones políticas.
"Los Tornado alemanes son parte de la denominada 'cadena de asesinato' —kill chain, en inglés—. Primero se llevan a cabo actividades de inteligencia, luego vienen los bombardeos, y después vuelven a las actividades de inteligencia".
Scholz subrayó que la guerra aérea no es apta para combatir a los islamistas. Se lleva a cabo para demostrar que se está haciendo algo, opinó. Según el militar, se requiere de la participación completa de todos los recursos y capacidades militares para que "en una semana reinara la calma".
Sin embargo, EEUU y sus aliados no involucran a las tropas terrestres en la lucha contra Daesh. "Al final, matan a civiles y prolongan el sufrimiento de la población", y esto solo alimenta el terror islamista.
Desde el principio, el ex alto oficial de la OTAN criticó la participación de la Bundeswehr en la operación en Siria. Cuando se le preguntó qué opinaba sobre el hecho de que los políticos alemanes y medios de comunicación trataran de formas tan distintas las operaciones en Alepo y Mosul, declaró que "evaluar qué bombardero es más democrático y más amigable es demasiado cínico".
La guerra aérea contra las fuerzas asimétricas siempre afecta a los civiles. En Alepo, la situación no es diferente a la de Mosul. "La única solución decente es detener la guerra y sentarse a la mesa de negociación", concluyó.