Sin embargo, sus lazos con la banca todavía ensombrecen su vínculo con los sectores más populares, quienes podrían frenar su victoria este próximo 2 de abril.
"El día domingo ganará el pueblo ecuatoriano, la democracia, la libertad, ganará el cambio", dijo Lasso a Sputnik durante su cierre de campaña al sur de Quito, donde añadió que su Gobierno garantizará "el derecho a vivir en paz de todos los ecuatorianos, el derecho a ser respetados aunque nuestro pensamiento sea diferente".
Lasso aseguró que mantendrá la gratuidad de la educación y la salud, y que potenciará el libre mercado y la empresa.

La campaña del exbanquero en la segunda vuelta se ha caracterizado por abrirse a todos los actores sociales, incluso con los que no comparte ideología, pero con quienes ha llegado a acuerdos a cambio de una promesa de voto, lo que podría ocasionarle dificultades de llegar al Gobierno debido a la cantidad de compromisos adquiridos.
"Yo voy a votar por el señor Lasso porque él dice que nos va a dar trabajo y que no va a quitar el subsidio al gas, pero esperemos que cuando llegue a la presidencia no se olvide los pobres, como han hecho todos", dijo a esta agencia Lourdes Michanga, quien participó en el masivo mitin en la capital.
El líder del partido Creando Oportunidades (CREO) es consciente de que "no es el candidato de todos los ecuatorianos", pero sí "de la unidad porque el país necesita un cambio para impulsar un Gobierno del reencuentro, del abrazo nacional y eso no lo pueden plantear quienes incitaron al odio durante diez años".
A sus 61 años, el candidato guayaquileño confía en que ganará los comicios de este domingo, "porque la gente se cansó del autoritarismo y la falta de libertades".
El líder de CREO tiene estudios secundarios y un doctorado honoris causa de la Universidad de las Américas de Ecuador.
Junto con el candidato oficialista, Lenín Moreno, quien cuenta con una licenciatura en administración pública, fue el que menos preparación formal registró entre los presidenciables.
"No tengo ningún título universitario, soy una persona que ha aprendido haciendo y ha aprendido mucho", explicó, y aseguró que cuando alguien se refiere a él como "bachiller, con el ánimo de ofender" no lo recibe como un agravio porque "muchos ecuatorianos" son como él.
Su trayectoria ha estado vinculada con la empresa y las finanzas: a los 15 años trabajaba como oficinista en la Bolsa de Valores de Guayaquil, también fue vendedor ambulante y tuvo cargos en el sector aduanero y emprendimientos inmobiliarios.
Durante 46 años estuvo vinculado al mundo financiero, hasta que en 2012 anunció su retiro de la presidencia del Banco de Guayaquil e inició su plataforma política con una clara oposición al Gobierno de Correa.

En marzo de 1999, Mahuad decretó un feriado bancario que derivó en el congelamiento de 1,9 millones de dólares de depósitos ciudadanos y trajo consigo la dolarización y consecuencias sociales nefastas.
Correa ha dicho que Lasso fue "responsable político" de esa crisis, pero el exbanquero se ha defendido aclarando que su participación en ese Gobierno ocurrió meses después del feriado bancario y que no estuvo vinculado con esa decisión, aunque la opinión al respecto se mantiene dividida.
En los últimos días, Lasso denunció ser víctima de ataques violentos por parte de simpatizantes del oficialismo, quienes lo habrían atacado a la salida de un evento deportivo; asimismo, ha denunciado estar en desventaja en la campaña ya que, en su opinión, Moreno ha tenido el respaldo institucional y mediático del Gobierno.
Lasso tiene cinco hijos con su esposa desde hace 36 años, María de Lourdes Alcívar, quien lo acompaña en cada evento, entrevista o mitin de campaña.
El exbanquero apuesta por segunda vez a la presidencia con un modelo radicalmente distinto al del "socialismo del siglo XXI" promulgado por Correa, y aunque los últimos sondeos lo ubicaban como perdedor, el político cree que "las elecciones se ganan con votos, no con encuestas".
Este 2 de abril, 12,8 millones de ecuatorianos están convocados a elegir al nuevo presidente, después de 10 años y cuatro meses de Correa en el Gobierno.