"Parece que no hay ninguna razón racional para que usted se interponga en la voluntad del Parlamento escocés y confío en que no lo haga", escribe en la carta Nicola Sturgeon, ministra principal y líder del Partido Nacional de Escocia (SNP, en sus siglas en inglés).
May permanece inmutable en su negativa a hablar de la polémica cuestión en "este momento" de complicadas negociaciones sobre el Brexit, según se hace eco la dirigente escocesa en su misiva.
"En anticipación de su rechazo a entablar negociaciones en esta fase, es importante aclarar mi posición (…) no es una cuestión de si, sino de cómo", desafía la líder del SNP.
Y advierte que tomará medidas contra un bloqueo del Gobierno conservador "para asegurar que progresamos hacia un referéndum".
El Ejecutivo del SNP justifica su reclamación en el cambio sustancial implícito en el Brexit duro marcado por la primera ministra — fuera del mercado interno y probablemente también de la unión aduanera— y en el 62% del electorado en Escocia que votó en contra de la salida de la Unión Europea.
La líder nacionalista se abre a la posibilidad de modificar su abanico de tiempo preferido para celebrar el nuevo plebiscito— entre otoño de 2018 y primavera de 2019— para acomodarlo al progreso de las negociaciones Brexit.
La remisión de la carta intensifica el pulso constitucional entre Londres y Escocia en un momento de creciente malestar en el resto de las naciones y autonomías británicas.