"No me cabe ninguna duda de que el Gobierno británico permitirá el referéndum", resaltó el nacionalista escocés en el Parlamento de Westminster.
"Ahora no es el momento", replicó la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, la víspera del congreso que reunirá a los nacionalistas escoceses en Aberdeen.
La dirigente conservadora no ha emitido un veto con el que podría inflar el sentimiento independentista pero tampoco está dispuesta a consentir la consulta en el calendario propuesto por su rival escocesa: entre otoño de 2018 y la primavera de 2019.
"Habrá negociaciones sobre la fecha, se debatirá el texto de la pregunta a imprimir en las papeletas (…) pero la experiencia nos enseña que, en Reino Unido, este tipo de cuestiones se resuelven con diálogo y votación", afirma el parlamentario del SNP.
En función al calendario oficial del Brexit, Kerevan cree que es "perfectamente posible celebrar el referendo dentro de un plazo de tiempo razonable para Escocia".
"Me siento optimista de que llegaremos a un acuerdo porque el referéndum sobre la independencia de Escocia es la solución, no un problema", añade.
El SNP quiere ir a las urnas antes de la salida del bloque de Bruselas, que debería producirse en abril de 2019 si May activa formalmente el proceso a finales de este mes.
"Si los escoceses deciden dejar el Reino Unido mientras sigue dentro de la UE, la negociación sobre la relación de Escocia con la UE es simplemente una cuestión técnica", sostiene Kerevan en la entrevista.
De acuerdo con el diputado, el Ejecutivo conservador "ha forzado" la petición del segundo plebiscito independentista desde 2014 al "negarse a aceptar que Escocia se merece un estatus especial" fuera de la UE pero dentro del mercado único.
"Brexit es un desastre, comparable a conducir a ciegas hacia el acantilado, y Escocia quiere tomar el control del proceso", protesta.
Kerevan descarta el bloqueo en Bruselas del actual Gobierno español como cortafuegos del creciente impulso independentista catalán o la ambición separatista de un sector de la sociedad vasca.
En dos o tres años Kerevan ve a su país "independiente y miembro orgulloso de la UE".
"Eso también cambiará a la UE, que lleva demasiado tiempo dominada por los países grandes y será más democrática con un grupo mayor de Estados pequeños", aventura.
Los sondeos aun no aprecian un apetito mayoritario por la soberanía escocesa y, de acuerdo con la última edición de un prestigioso y fiable estudio anual, la independencia se acepta más entre los jóvenes que en generaciones de más avanzada edad.
"Estamos en mejor posición que en 2014 ya que entonces empezamos (la campaña) con el 25% y concluimos con el 45% a favor de la independencia; ahora arrancamos con el 48 o 49%", observa el nacionalista.
La unión se salvó en ese primer referendo por un margen más amplio de lo anticipado: 55,3% contra 44,7%.
La integridad del país en sus cuatro componentes vuelve a cuestionarse precisamente en las dos naciones que votaron en contra del Brexit: Escocia e Irlanda del Norte.
El congreso del SNP concluye el sábado en Aberdeen después de la anticipada intervención de Sturgeon.