Anteriormente la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskaite, aseguró que Rusia representa una amenaza para Europa, y exhortó a EEUU a mantener sus tropas en su país de forma permanente.
"Quiero tranquilizar a las repúblicas del Báltico y a los demás Estados que ven a Rusia como un país agresor, nosotros luchamos con todas las fuerzas contra cualquier muestra internacional de agresión, defendemos la solución pacífica de los conflictos y no planeamos invadir a nadie", dijo la diplomática en una rueda de prensa.
"Ellos siempre están hablando de cierta amenaza rusa mítica que pesa sobre ellos como la espada de Damocles", precisó la portavoz de la Cancillería rusa.
La OTAN en su cumbre de 2016, decidió acuartelar batallones internacionales en Letonia, Lituania, Estonia y Polonia respondiendo a las solicitudes de sus Gobiernos.
Asimismo, la diplomática declaró que Rusia denunciará el aumento de las actividades de la Alianza Atlántica cerca de sus fronteras en la reunión del Consejo Rusia-OTAN prevista para este 30 de marzo.
"Plantearemos el aumento de la presencia militar y de la actividad de entrenamiento de la OTAN a lo largo de las fronteras rusas", dijo.
El 29 de marzo el secretario general de la OTAN confirmó la celebración de la reunión del Consejo Rusia-OTAN a nivel de embajadores el día 30 de marzo, la información que inicialmente anunció la revista Der Spiegel.
El embajador ruso ante la Alianza Atlántica, Alexandr Grushkó, informó que en la reunión se debatirán los temas de seguridad regional y algunos aspectos de la actividad militar que representan interés para los miembros del Consejo.
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Der Spiegel comunicó, a su vez, que se prevé abordar el despliegue de misiles tácticos de corto alcance Iskander-M en la provincia de Kaliningrado, enclave ruso en la región báltica.
Moscú declaró que no va a dar explicaciones algunas a la OTAN acerca del despliegue de Iskander-M durante la reunión.
"No habrá ningún informe al respecto", dijo a Sputnik Andréi Kelin, jefe del Departamento de Cooperación Europea de la Cancillería rusa.
Por su parte, Rusia está alarmada por un incremento sin precedentes de la presencia militar de la OTAN cerca de sus fronteras, que incluye el despliegue de batallones multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, así como el emplazamiento de armas antimisiles estadounidenses en Europa del Este.
Moscú subrayó en repetidas ocasiones que no amenaza a ningún país, y en cuanto a los misiles Iskander, afirmó que está en pleno derecho de emplazarlos en cualquier punto del territorio ruso.