El festival se ha convertido en un pilar del rico panorama cultural de la comunidad palestina de la localidad.
El HIFF cerró su segunda edición el pasado fin de semana con un balance muy positivo de los organizadores y los asistentes.
Do you know the #Haifa Film Festival? #Israel https://t.co/XkK6Uh8kpy
— Richard Krauss (@emet_news_press) 21 de febrero de 2017
Durante seis días, del 20 al 25 de marzo, el público pudo disfrutar de casi 50 películas —largometrajes, cortos, documentales, cine convencional e independiente— así como clases magistrales y talleres sobre cine y música impartidos por cineastas y músicos.
La primera edición del HIFF se celebró en marzo del año pasado "cuando un grupo de gente activa en la cultura de aquí tuvo la idea, de forma muy espontánea de crear este festival", explicó a Sputnik Lina Soualem, una de las integrantes del equipo que organizó el evento.
Desde hace más de tres décadas se celebra el Festival Internacional de Cine de Haifa, subvencionado por el Gobierno israelí.
El HIFF se ideó como una alternativa, "la idea fue tener un festival independiente y celebrarlo en locales palestinos que construyen la escena independiente (de Haifa)", señaló Soualem.
En la primera edición del HIFF se proyectaron 18 películas, pero este año la oferta se ha ampliado mucho y se han podido incluir más filmes experimentales, a cuyas proyecciones ha asistido mucho público, además de ofrecerse más clases magistrales y talleres.
"Proyectar 50 películas en seis días era como una misión imposible, pero lo logramos. Teníamos cine palestino, de todo el mundo árabe y también internacional", comentó Juna Suleiman, una cineasta palestina emergente que forma parte del equipo de diez personas que se encargó del festival.
El programa empezó con menos proyecciones y más sencillas los dos primeros días y fue avanzando "hacia una especie de clímax", subrayó Suleiman.
Los organizadores no quisieron dar una cifra del presupuesto que habían invertido en el festival.
La única fuente de ingresos, además de los patrocinadores, fueron las entradas del público, que llenó en un 80% las salas.
Los ingresos se destinaron a sufragar los costes del evento, de manera que, la mayoría de los implicados trabajaron de forma voluntaria.
"Estoy muy impresionado por la energía de la gente joven, que está haciendo todo lo posible por crear una plataforma independiente para tener la posibilidad, como palestinos, de expresarnos", dijo el cineasta palestino Kamal Aljafari.
"En el pasado nos decían que solo podíamos hacerlo a través de los israelíes, pero no es cierto, podemos hacerlo por nosotros mismos", añadió Aljafari, que impartió una clase magistral sobre técnicas cinematográficas.
El festival, que acogió también un debate sobre si hay que aceptar fondos públicos israelíes o no para financiar las producciones, espera celebrar el año que viene su tercera edición con más fondos, pero manteniendo su independencia y lograr "un éxito" como el que aseguran haber conseguido este año.