La prohibición entró en vigor el 25 de marzo y afecta a los dispositivos electrónicos más grandes que un teléfono móvil. Por lo tanto, no se pueden transportar en las maletas de mano portátiles, tabletas o cámaras. Todos estos aparatos tendrán que facturarse con el equipaje de forma obligatoria.
Aunque la fuente de seguridad citada por el medio británico insiste en que la medida se debe a un conjunto de factores y no tiene su origen en un incidente concreto, sí que subraya que uno de los motivos que llevaron a su aprobación fue el descubrimiento de un plan para colocar a bordo de un avión un explosivo escondido en un falso iPad. Sin embargo, no se revelan más detalles sobre este supuesto atentado terrorista frustrado.
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Los países de la UE, por su parte, están valorando aplicar la medida, aunque afirman que esto requeriría que la Agencia Europea de Seguridad Aérea, el ente encargado de introducir normas de seguridad en este ámbito en el espacio comunitario, se pronuncie al respecto.