Precisamente en busca de inspiración, la Unión Europea decidió celebrar su 60º aniversario en el mismo lugar de su nacimiento: la histórica Sala de los Horacios y Curacios del Palacio de los Conservadores de la colina Capitalina de Roma.
Ahí, el 25 de marzo de 1957, los líderes de seis estados —Francia, Italia, Alemania (RFA), Países Bajos, Bélgica y Luxemburgo— estamparon sus firmas sobre los Tratados de Roma, fundando las bases de un experimento sorprendentemente exitoso. Un mercado único, con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, que desde entonces creció y evolucionó hasta lo que hoy conocemos como Unión Europea.
Pero, pasadas seis décadas, los nuevos líderes del Viejo Continente no parecen tan optimistas como entonces. Angela Merkel se enfrenta a un durísimo proceso electoral para revalidar su mandato al frente de la Cancillería de Alemania. Las cámaras presentes en el acto captaban cómo sus ojos una y otra vezse entrecerraban por el cansancio acumulado. Más que en ella, las miradas de los periodistas se centraban solo en los primeros ministros de Grecia y Polonia, que viajaron a Roma amenazando con bloquear la declaración final de la cumbre.
Pero la mayor euroescéptica no pudo ser captada por las cámaras: la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, faltó al encuentro. Tomar parte en la celebración de la unidad fue considerado como inapropiado por las élites británicas, pues el país está cerca de negociar su abandono de la UE tras el mandato ciudadano expresado en el referéndum del Brexit.
Tema: La salida del Reino Unido de la UE
"De hecho, es un momento muy triste. Yo realmente considero que el Brexit es una tragedia", contó a la salida de la cumbre el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Sin embargo, fue justamente Juncker quien se destacó como el mayor optimista de la celebración. Afirmó a los presentes que, si la nueva declaración es firmada con el bolígrafo correcto, Europa permanecerá unida otros 100 años. El bolígrafo correcto —aquel con el que se pactó el histórico documento de 1957— fue especialmente traído desde Bruselas, aseguró.
Cada momento emblemático necesita de un lugar memorable. Fue así como, bajo la mirada de los frescos de Giuseppe Cesari —curiosamente restaurados recientemente gracias a la ayuda del filántropo millonario ruso Alisher Usmánov—, los líderes de los 27 Estados miembros sellaron la nueva Declaración de Roma, en la que todos se comprometen a seguir avanzando juntos.
Juntos, pero divididos. Europa ya ha apostado por alejarse de los principios establecidos hace seis décadas. Se trata del plan conocido como 'Europa a varias velocidades' (también 'de geometría variable' o 'a la carta'), trazado recientemente por los 'cuatro grandes' de la UE —España, Alemania, Francia e Italia—, en la que cada país miembro podrá elegir el nivel de integración que requiera en cada esfera.
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Y es que, los principios que algún día mantenían a Europa unida, son precisamente los que hoy la dividen. Si bien se suponía que una moneda única sería un importante factor unificador, hoy día, al contrario, el euro se ha convertido en un lastre para países como Grecia, Italia o Francia, donde crecen los sentimientos a favor de volver a una moneda propia y, por ende, aumentar el margen para la política monetaria a cargo de los bancos centrales de cada nación. El libre movimiento de personas —una de las cuatro libertades básicas de la UE— fue precisamente el factor principal que empujó al Reino Unido a salir del juego y restablecer el control sobre su frontera. El libre movimiento de mercancías y servicios está dejando sin trabajo a los ciudadanos de 'la nueva Europa', como Polonia o las repúblicas del Báltico, cuyos productores no son capaces de competir con los grandes europeos.
Demasiados jugadores para que confluyan armónicamente todos los intereses y 'velocidades'. Y eso es precisamente lo que se lee detrás de la nueva declaración de 2017.
La celebración del 60º aniversario culminó con un concierto al pie del Coliseo. Al día siguiente, los ciudadanos europeos continuaron con sus actividades, alegrías y problemas cotidianos. Y, mientras algunos países aún sueñan con poder entrar en ese club, otros ya están de salida.
El 29 de marzo, el Reino Unido iniciará el inédito procedimiento. Y muchas fuerzas dentro de Europa sueñan con poder seguir su camino. Pero eso ya es otra historia…
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK