El sospechoso, arrestado recientemente y cuyo nombre no se puede revelar por orden judicial, habría llamado a escuelas y otras instituciones públicas en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, según publicó hoy el diario israelí "Yedioth Aharonoth".
Se cree que el joven realizó dos llamadas de amenaza a la compañía aérea estadounidense Delta Airlines que obligó a aterrizar de emergencia a dos aviones.
El rotativo israelí "Haaretz" informó de que EEUU mandó a doce agentes del FBI a Israel para ayudar en la investigación del caso, hecho que produjo un gran avance en el mismo.
El sospechoso, que vive en la ciudad israelí de Ashkelon, se niega a hablar con las autoridades y la policía todavía no ha conseguido acceder a sus ordenadores.
Fuentes policiales señalaron a "Haaretz" que el sospechoso seguía el impacto de sus amenazas en los medios y cuanto mayor era, más amenazas llevaba a cabo.
La abogada del joven, Galit Besh, explicó que el estado de salud de su cliente es "muy serio" y que podría haber afectado a su comportamiento.
Besh relató que este estado había impedido al joven asistir a la escuela en primaria y secundaria y alistarse al ejército.
"Su estado de salud puede afectar a la investigación. Es una de las cosas que el juez pidió a la policía que mirara, que hablara con sus médicos, que consiguiera más documentos y tuviera en cuenta su estado de salud", comentó la letrada.
El Canal 10 de la televisión israelí apuntó que el joven tenía un tumor cerebral benigno que podría afectarle el comportamiento.
La policía también arrestó al padre del chico, que es informático y está acusado de saber lo que hacía su hijo.