"Obviamente, las consecuencias afectan especialmente a la niña, quien las sufre personalmente. Es la que deja la escuela, la que no va a trabajar, la que se queda en casa cuidando de la familia. Pero también afectan al país", dijo a Sputnik Paula Tavares, investigadora del Banco Mundial.
La abogada integra el grupo de trabajo sobre mujeres, empresas y derechos del organismo vinculado a Naciones Unidas. En el informe 'Cerrando la brecha: mejorando las leyes de protección a la mujer contra la violencia', el Banco Mundial presentó un panorama global del matrimonio infantil. El problema sigue afectando mayoritariamente el continente africano, pero el estudio reveló, además, que América Latina es la única región que no ha logrado reducirlo.
"Los estudios demuestran que las personas que se casan después de los 18 años tienen mejor educación y más oportunidades de obtener un empleo y mejores ingresos a lo largo de la vida. Hay consecuencias macroeconómicas porque afecta el desarrollo del país como un todo. Si una gran parte de la población no está llegando a mejores niveles de educación, entonces no puede contribuir de forma plena a la sociedad y a la producción", explicó Tavares.
Según el Banco Mundial, 15 millones de niñas se casan anualmente en el planeta. Más de 700 millones de mujeres de la actualidad se casaron antes de los 18 años y el organismo estima que otras 142 millones de niñas también lo harán hasta el fin de la década.
"En Nigeria, donde el Producto Bruto Interno (PBI) gira en torno a 8.000 millones de dólares, la eliminación del matrimonio infantil puede producir ganancias estimadas en más de 25.000 millones en los próximos 15 años", ejemplificó el informe.
De acuerdo con Tavares, quien también es magíster en Derecho Internacional por la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos, la pobreza y el embarazo precoz suelen ser los principales causantes del matrimonio infantil. Además, la investigadora observó que en áreas rurales estos casamientos ocurren dos veces más que en los centros urbanos.
"Algunas familias quieren casar a sus niñas para darles seguridad económica o para tener un hijo menos que cuidar en casa y, en el caso de un embarazo precoz, un poco por intentar ‘arreglar la situación' o por mantener el honor de la familia", analizó.
A su juicio, sin embargo, ha habido avances en los últimos años, debido a que el tema viene repercutiendo en las noticias. La experta del Banco Mundial remarcó que varios países de América Latina han mejorado sus leyes y por lo menos aumentaron la edad mínima del matrimonio con consentimiento parental.
"En Nicaragua el nuevo Código de Familia aumentó la edad mínima con consentimiento de 14 para 16 años. Es algo positivo. Guatemala aumentó la edad mínima general para 18 y, con consentimiento, para 16. Argentina y Paraguay también elevaron para 16 la edad mínima del casamiento con el permiso de los padres", indicó Tavares.
Por otro lado, la experta recalcó que en Brasil y Uruguay, se puede casar con el consentimiento de los padres a partir de los 16, pero en caso de embarazo el matrimonio está permitido a cualquier edad.
"En Antigua y Barbuda, Bahamas y en Haití, por ejemplo, las niñas se pueden casar a los 15 años con el consentimiento de los padres", lamentó la experta brasileña.