Además, demostraron que ligeros cambios en la temperatura, la presión del aire o la composición pueden hacer que el nitrógeno se separe rápidamente de la solución, igual que la efervescencia que se produce al abrir una botella de gaseosa.
"Nuestro experimento mostró que cuando los líquidos ricos en metano se mezclan con los ricos en etano —de una lluvia pesada, por ejemplo […]—, el nitrógeno es menos capaz de permanecer en el estado de solución", explicó el investigador principal Michael Malaska.
La nave espacial Cassini también descubrió que la composición de los lagos y mares de Titán varía de un lugar a otro, y que algunos embalses son más ricos en etano que en metano.
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No obstante, los líquidos gaseosos pueden causar problemas para las futuras sondas robóticas enviadas a navegar a través de los mares y lagos de Titán. El calor que emana de una sonda podría provocar la formación de burbujas alrededor de estructuras como sus hélices para la propulsión. Esto haría difícil que la sonda se mantuviera estable.
"Ahora estaremos seguros de que las burbujas podrían de hecho formarse en los mares y ser mucho más abundantes de lo que habíamos creído", apuntó el investigador Jason Hofgartner.
De esta manera, las llamadas 'islas mágicas' de Titán —pequeñas áreas que aparecieron y desaparecieron— que Cassini detectó explorando su superficie, podrían ser en realidad los campos de estas burbujas de nitrógeno.