"Con cada invectiva así, con cada bloqueo Ucrania se separará cada vez más de nosotros, y a fin de cuentas se verá afectada ella misma", dijo.
Indicó que el bloqueo ya no afecta las grandes plantas, pero sí apunta a la población civil.
"En primer lugar el bloqueo de Donbás, por desgracia, está dirigido contra los civiles", constató.
El Consejo de Seguridad y de Defensa Nacional de Ucrania (CSDN) anunció el 15 de marzo la suspensión del tráfico de mercancías entre las repúblicas rebeldes de Donbás y el resto de Ucrania, hasta que Kiev recupere los territorios controlados por las milicias.
Para hacer valer esta decisión, el CSDN empleó fuerzas de la Policía y la Guardia Nacional de Ucrania.
La suspensión del transporte de cargas a través de la llamada línea de contacto oficializó el bloqueo que activistas —exparticipantes de la operación militar en Donbás, entre ellos diputados del Parlamento ucraniano— mantenían desde enero en el ferrocarril Lugansk-Lisichansk-Popasnaya.
Los promotores del embargo habían calificado de ilegal el comercio con las repúblicas rebeldes, y de contrabando, el flujo de mercancías entre estos territorios y el resto de Ucrania.
Por su parte, las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk anunciaron el 1 de marzo que toman bajo su control decenas de empresas no residentes, para que puedan trabajar.
Ucrania mantiene desde abril de 2014 una operación militar en varias áreas de las regiones de Donetsk y Lugansk donde se proclamaron repúblicas populares en respuesta al violento cambio de régimen ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en más de 10.200 muertos.