"Si hay pan, hay cola, pero es que si hago mil panes los vendo, y si hago 5.000 también los vendo; el Gobierno dice que no quiere colas, pero los panaderos no podemos hacer nada; cuando huele a pan todo el mundo se queda en las puertas", dijo a esta agencia José Fuentes, encargado de una panadería en Bello Monte, al oeste de Caracas.
Para Fuentes esto se debe a que el pan cuesta poco, "muchas personas compran un pan en 1.200 bolívares (1,7 dólares) y es (todo) lo que comen en el día", explicó.
El vicepresidente de Venezuela, Tareck El Aissami, anunció el domingo una nueva normativa para las 709 panaderías de Caracas, y advirtió que los establecimientos que la incumplan, serán ocupados.
Una de las disposiciones incluidas en la norma establece que 90 por ciento de la harina debe ser destinada para la producción de pan regulado, que se vende al precio fijado por el Gobierno y que debe ser distribuido desde la 07:00 hora local (11:00 GMT), hasta el cierre del negocio.
"Eso siempre se ha hecho, siempre la mayoría de la harina va destina a canillas, pan sobado, pan francés y andino, que son los que más compra la gente y son los que están regulados", añadió.
¿Quién fija el horario?
En los últimos seis meses las panaderías impusieron a los usuarios un horario para la adquisición de pan.
"Usualmente entre las 12:00 y 17:00 hora local (16:00 y 21:00 GMT, respectivamente), es cuando (las panaderías) venden pan; uno tiene que llegar un poco antes para comenzar a hacer la cola", dijo a esta agencia Rosana García, usuaria de la panadería Crea, quien señaló estar sorprendida al ver el producto fuera de la franja de horario.
"Yo no entiendo por qué no venden pan todo el día (cuando) es lo que deberían hacer; aseguran que no tienen harina suficiente, pero sacan galletas, pastelitos, y tortas, como si la gente se alimentara solo de dulces", manifestó por su parte Mariela Castro, mientras hacía fila para adquirir el producto con un precio regulado.
Pan regulado
En su defensa los propietarios de las panaderías aseguran que es necesario que se eleve el precio del pan regulado y que el Gobierno fiscalice la distribución de la harina de trigo.
"Si el Gobierno pretende que solo vendamos panes debe elevar los precios, porque de otra forma o nos cerrarán ellos o cerraremos nosotros; el pan a precio regulado no genera ganancias y menos cuando suben el salario cada dos meses y el precio del pan una vez al año", contó Roberto Mijares, dueño de una panadería con más de 30 años de servicio en Caracas.
"Si el Gobierno quiere que vendamos los panes a precios regulados, tiene que garantizar que los panaderos consigamos los ingredientes a precio regulado también", señaló.
En tal sentido, afirmó que antes era habitual usar entre 10 y 12 sacos de harina de trigo por día y que debería recibir unos 300 al mes, pero usualmente le distribuyen menos de la mitad.
"Mientras yo tenga harina habrá pan, sino vendrán los fiscales, revisarán y no podrá expropiarme ni nada, porque no van a encontrar harina", agregó.
Además, recordó que debido a la escasez de productos básicos algunas veces tampoco encuentran harina, mantequilla o azúcar, "y si se consigue es a precios muy elevados".
Para hacer frente a esta situación el Gobierno venezolano puso en marcha la ejecución del Plan 700, por el cual un total de 3.900 funcionarios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, la Policía Nacional Bolivariana, la Superintendencia de Precios Justos (Sundde) y la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria, salieron a las calles de Caracas a fiscalizar que los establecimientos cumplan lo exigido por el Gobierno.
Uno de los fiscales del Sundde, que prefirió no ser identificado, dijo a esta agencia que las colas no se eliminarán de un día para otro y aseguró que se trata de un plan piloto que permitirá identificar los vicios "no solo de los panaderos, (sino) también de los distribuidores".
Por su parte, Juan Crespo, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Harina, denunció la fuerte limitación de producción a la que hacen frente los panaderos.
Crespo dijo que las divisas que Gobierno les asignó solo alcanzan para moler 4.000 toneladas de trigo, lo que cubre el consumo de una semana, por lo que solicitan unas 120 toneladas al mes para poder abastecer al país.