Anteriormente, el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció la posibilidad de crear "zonas de seguridad" para la solución de los problemas humanitarios de los refugiados.
"El CICR no participa en el debate político, en particular, sobre la cuestión de las zonas de seguridad", dijo Gasser.
"Es necesario estudiar esta idea", señaló.
Gasser agregó que "hasta que no se logre un consenso (sobre las zonas de seguridad) entre las numerosas partes, la población civil seguiría en peligro".
Precisó que unas 80.000 personas podrían volver próximamente a Alepo Oriental, recuperada totalmente por el Ejército sirio en diciembre de 2016.
"Según nuestras estimaciones, 80.000 personas podrían volver a Alepo Oriental en un futuro cercano", sostuvo Marianne Gasser.
Gasser agregó que algunos habitantes locales regresan aunque sus casas estén semidestruidas.
"En general, la situación en Alepo ha mejorado considerablemente, pero esto no significa que la gente necesite menos ayuda humanitaria", indicó la representante de la Cruz Roja.
En la actualidad, la ciudad de Alepo —una de las más pobladas y más importantes de Siria— está plenamente controlada por las fuerzas gubernamentales.
Sin embargo, grupos armados que operan en las afueras orientales y nororientales de Alepo atacan habitualmente a sus ciudadanos.
Según los datos de altos cargos de la ONU, entre 300.000 y 400.000 personas perdieron la vida en el conflicto.
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) calcula el número de desplazados internos en Siria en torno a los 6,5 millones, incluyendo 2,8 millones de niños.
También estima en unos 4,9 millones, la mayoría mujeres y menores, los refugiados sirios en países vecinos.