Aunque en la República Checa el presidente tiene una autoridad limitada, Milos Zeman, de 72 años, sigue siendo una de las figuras más populares del país, especialmente en las zonas rurales. Ha abogado por mantener vínculos más estrechos con Rusia y China, ha apoyado a Donald Trump y quiere limitar el ingreso de solicitantes de asilo.
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Durante un evento televisivo en Praga, Zeman lanzó su campaña de reelección en 2018, prometiendo no cambiar su programa conservador, que incluye priorizar los intereses de su país sobre los de Bruselas. Cuando un corresponsal del canal ruso Rossiya 24 le preguntó si le preocupaba ser calificado como agente ruso, Zeman se burló de los medios por criticar su posición respecto a Moscú.
"Soy un agente de Rusia, y particularmente de Vladímir Vladimirovich Putin. Debo añadir que también soy un agente del presidente chino. Ahora, tal parece, también del nuevo presidente estadounidense. Soy un agente de Israel, al que he estado apoyando todo este tiempo", respondió Zeman en idioma ruso, el cual domina.
El presidente checo terminó la broma diciendo que, en realidad, él es agente de un solo país: la República Checa. Además, añadió que precisamente la crítica por parte de los medios estaba entre los factores que lo impulsaron a buscar la reelección. "Cada uno de sus ataques me animó más. Gracias, medios checos", aclaró.