"Estamos en la etapa final de la concertación de un acuerdo con Níger sobre la limitación de los flujos migratorios, también estamos trabajando con Etiopía, pero eso (la lucha contra la inmigración de indocumentados) debe convertirse en un asunto no solo de Italia sino de toda Europa", dijo al periódico italiano Il Corriere della Sera.
A su juicio, si Europa no logra resolver el problema de inmigración, perderá la mayor parte de sus conquistas políticas, sociales y económicas, "puede empezar nueva era oscura de racismo, nacionalismo y un egoísmo xenófobo que lleva a la autodestrucción".
Recordó que en el marco del acuerdo firmado entre Italia y Libia en febrero pasado, la parte italiana ya formó a 90 efectivos libios para la guardia costera y dentro de poco devolverá a Libia 10 lanchas que estaban en reparación en la península Apenina desde 2011.
"Solo podemos firmar acuerdos con el único primer ministro reconocido por la ONU (Fayez al-Sarraj), pero paralelamente intentamos entablar diálogo con Tobruk y con el general Haftar", reveló.
Tras el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi en octubre de 2011, en Libia surgió la dualidad de poderes.
En Trípoli se creó con el apoyo de la ONU el Gobierno de Concordia Nacional encabezado por Fayez al-Sarraj, que empezó a funcionar en marzo de 2016, pero no fue apoyado por el Parlamento elegido en Tobruk (en el este del país), paralelamente en el oeste de Libia funciona el Congreso General de la Nación (proislámico).