Según el experto, el despliegue del sistema de misiles antibalístico móvil THAAD en Corea del Sur, iniciado el pasado 6 de marzo, forma parte de una reconstrucción a nivel global de su sistema de defensa aérea y del espacio cibernético.
"Cada elemento del 'mosaico' en algún momento ayudará a formar la imagen completa", subraya el analista.
En ese sentido, el sistema THAAD, más que ser un sistema de defensa, es un sistema de vigilancia.
Según datos citados por el columnista, el radio de acción del sistema de misiles antibalístico THAAD es de 200 kilómetros. Sin embargo, las posiciones de THAAD están ubicadas a 300 kilómetros al sur de Seúl y 400 kilómetros al sur de Hiroshima.
"Claramente, el sistema no protege a la capital de Corea del Sur, ni a Yokosuka, la base más importante de la Fuerza Marítima de Autodefensa de Japón, usada por la séptima flota de EEUU. Entonces, ¿para qué sirve este sistema de defensa aérea?", se pregunta el experto.
Sin embargo, las estaciones de radiolocalización TPY-2 TM del sistema THAAD le permiten a EEUU "echar una ojeada más allá del horizonte, a una distancia de más de 1.200 kilómetros, y descubrir objetos balísticos (misiles) y aerodinámicos (aviones)".
En ese sentido, agrega el experto, no es sorprendente que el proyecto norteamericano en Corea del Sur haya generado una fuerte reacción por parte de Pekín y de Moscú.
"Ya en julio del año pasado, Corea del Norte prometió tomar 'las medidas materiales necesarias' como respuesta al despliegue del sistema de misiles antibalístico THAAD en la península de Corea. Indudablemente, Rusia y China intentaran igualmente conservar el balance estratégico [en la región]", concluye el experto.