De ese valor, entre el 15 y el 20% —entre 500 y 680 millones de dólares— habrían sido destinados a financiar campañas electorales en Brasil con dinero negro, mientras que el resto se destinaba a sobornos por obras y contratos de servicios, tanto en Brasil como en el exterior.
Mascarenhas era uno de los empleados del "Sector de Operaciones Estructuradas de Odebrecht", que según los investigadores de la Operación Lava Jato en realidad era el departamento de los sobornos.
El testimonio de Mascarenhas se enmarca en la acción que se está tramitando en el TSE y que investiga la candidatura conjunta de Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores) y Michel Temer (Partido del Movimiento Democrático de Brasil) a las elecciones de 2014.
Ambos están siendo investigados por presunto "abuso de poder", ya que en parte habrían financiado su campaña de forma ilegal, con fondos ilícitos de Odebrecht.