El estudio apunta que el año pasado 4,4 millones de brasileñas —el 9% de las mayores de 16 años— sufrieron una agresión física, lo que da una media de 503 mujeres agredidas por hora.
Los casos más graves son los de las mujeres que fueron amenazadas con cuchillos o armas de fuego (4%), con el lanzamiento de algún objeto (4%) o con intentos de estrangulamiento (3%).
La mayoría de los agresores (61%) son conocidos y la mayoría de estos casos de violencia ocurre en casa (43%).
Según Datafolha el 52% de las mujeres no hizo nada después de ser agredida; entre las que sí tomaron medidas un 11% denunciaron al agresor en comisarías especializadas en violencia doméstica y el 10% en comisarías comunes.
Al margen de las agresiones físicas si se contabilizan las agresiones verbales el porcentaje de víctimas sube hasta el 29% de la población femenina.
El porcentaje es aún más alto —40%— cuando se pregunta a las mujeres si sufrieron algún tipo de acoso.
El estudio destaca que la clave del problema es la tolerancia social hacia este tipo de actitudes y que las adolescentes y jóvenes de 16 a 24 años y las mujeres negras son la principal población de riesgo.
La directora ejecutiva del Forum Brasileño de Seguridad Pública explicó que el elevado número de casos de violencia contra la mujer tiene que ver con que ésta forma parte de la vida cotidiana de la mayoría de personas desde pequeños.
"Somos una sociedad en que la violencia muchas veces regula las relaciones íntimas, que apuesta en la violencia como un mecanismo de resolución de conflictos", lamentó.