Por lo general, los uniformes consisten en una camisa o camiseta con el logo de la institución educativa, un pantalón de color oscuro (negro, azul, gris o marrón) para los varones y para las mujeres una falda por debajo o a la altura de las rodillas también de color oscuro, lisa o a cuadros. Estas prendas son complementadas con abrigos para las bajas temperaturas e indumentaria deportiva para las actividades de educación física. Asimismo, los zapatos elegidos para asistir a las aulas deben ser oscuros, mayoritariamente negros, y algunas instituciones optan por la utilización de corbatas.
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En América Latina, el uso del uniforme no se limita únicamente a las instituciones privadas, ya que, en países como Uruguay, Argentina y Brasil, la utilización de determinadas prendas de ropa identificatorias son obligatorias para asistir a los centros de educación públicos.
En los países rioplatenses (Uruguay y Argentina), el uniforme de las instituciones estatales se basa en una túnica o delantal blanco, con la diferencia de que en Uruguay el uso de una moña azul también forma parte del atuendo obligatorio. En Brasil, los estudiantes deben concurrir a las aulas con una camiseta con el escudo del Estado al cual pertenecen y un pantalón corto azul, en el caso de los varones, o una falda azul, en el caso de las niñas.
La implementación de estas prendas distintivas de las instituciones educativos tiene su origen en los centros religiosos católicos, que decidieron eliminar las distinciones entre los alumnos por la diferencia en la calidad y variedad de las ropa que utilizaban para asistir a clases, en virtud de generar mayor igualdad y unidad entre los estudiantes.