Y es que la información que brinda la prensa dominante sobre ese país es "bastante sesgada" y "está controlada por agencias cuyos intereses políticos son cercanos a los países que se oponen" al Gobierno del presidente Bashar Asad, explicó nuestro interlocutor.
En Damasco, Ibai Trebiño tuvo "la suerte de poder estar con la gente de la calle" y se reunió con algunas importantes personalidades, entre ellas con el Gran Mufti de Siria, Ahmad Hassoun, máxima autoridad religiosa del país.
Para el periodista, estos encuentros, así como algunas otras actividades, confirmaron que "toda la información" que ofrecen los medios occidentales sobre Siria es "pura propaganda". En particular, vio que el mandatario sirio tiene un gran apoyo popular.
"Lo que se respira en Damasco es su fidelidad al Gobierno de Bashar Asad", dijo Ibai Trebiño, al indicar que el pueblo sirio valora mucho el hecho de que su presidente no abandonara el país, "como ha pasado en muchos otros golpes de Estado".
Tampoco dicen la verdad sobre la crisis de refugiados, denunció Ibai Trebiño, quien señaló que este problema "se está tratando como si fuera un fenómeno de índole natural, cuando es un fenómeno de índole político".
Al mismo tiempo, aseveró que "la oposición no tiene ningún tipo de apoyo" y agregó que entre sus filas abundan "yihadistas, mercenarios o incluso psicópatas", algo de lo que no hablan la prensa y líderes occidentales.
Para parar el flujo de refugiados, la "autodenominada coalición internacional" tiene que poner fin a sus acciones en Siria, que, entre otras cosas, buscan dividir ese país árabe "en Estados sectarios".
De acuerdo al periodista, el único país cuya presencia en Siria es "legal" e "impecable" es Rusia, puesto que intervino allí a petición de su Gobierno, algo que es "agradecido" por el pueblo sirio, según la percepción de nuestro interlocutor.
La principal conclusión a la que llegó Ibai Trebiño tras su viaje a Siria "es que si alguien en el mundo occidental pretendió democratizar Siria, ha conseguido justo todo lo contrario".
"Se pretendió imponer un modelo democrático occidental, sin tener en cuenta que los países árabes y los países occidentales no compartimos la misma cultura política", manifestó el periodista.